miércoles, 15 de abril de 2020

Historia conectada 6

Héctor estaba charlando con un amigo el un bar, mientras se bebían unas garras de cerveza. del próximo concierto de la gira. - entonces os viene bien el 21?- le miraba su amigo mientras daba un sorbo a la cerveza. - por mi si..pero habrá que preguntar a los demás-respondio Héctor.- joder Carlos desde que tiene novia no nos hace ni caso, el cabrón,-su amigo Ángel se empezaba a impacientar- le escribí hace un rato al grupo y nada.-ya te digo vaya mierda..-Héctor le miró dudando-te puedo contar un secreto? - dijo finalmente avergonzado.- dime..que pasa no me asustes...-las letras no son mias -solto de golpe Héctor - qué? Ya existían? No son originales o qué? - originales son pero no son mías son de de Cristina,mi compañera de piso escribe en una libreta y a veces se la cogo..- pero y ella no te dice nada?pero si vino algún concierto no??- no, no lo sabe no me atreví a decírselo..

martes, 14 de abril de 2020

Historia conectada 5

El primer año de universidad de Cristina no era fácil. Sus compañero de piso tenía un grupo y estaba todo el día tocando, apenas se concentraba en la biblioteca. Ese finde semana le tocaba cuidar a María se ganaba el dinero dando clases a niños de 6 a 12 años la verdad que al principio pensó que sería un rollo pero descubrió que tenía más paciencia de lo que pensaba quizás al final tenía que haberse decidido por estudiar magisterio pero su otra vocación la llamaba. Echaba de menos escribir así que esos días que tenía tiempo le encantaba componer, aunque su voz no fuera buena y solo te atreviera a cantarlas en la ducha.

Historia conectada 4

No era un día cualquiera, era su cumpleaños. Cumplía seis años, y a María ya le gustaba bailar y cantar. Desde que tenía uso de razón siempre había cantado con su padre. La llamaron María por su abuela, a la que le encantaba también cantar. Aunque otra opción fue Julia por su abuelo Julio, que ese año ya no estaba con ella. Ese cumpleaños todos querían felicitar a la alegría de la casa.
Que sonreía con su tarta de chocolate delante de toda la familia.

Historia conetada 3

Emilio estaba recogiendola clase cuando se fijó que alguien se había dejado algo, el paraguas. Lo bajo a objetos perdidos. Era como el paraguas de Julio. Aunque sabía que era de uno de sus alumnos de guitarra. Ya en casa, le dio por mirar los fotos porque el paraguas le recordaba a Julio a su viaje a Italia. A su amigo y las vacaciones de esos años. ¿Cuanto tiempo había pasado? Demasiado.

Historia conectada 2

Andrés salia de clase de guitarra,cuando se fijo en la chica del metro. No iba sentada en los asientos si no que se sentó en el suelo, perdida, si fijo en su tatuaje de golondrina.  Decidió preguntarle su nombre,aunque se moría de nervios, Se llamaba Carla. Se bajaba justo en esa parada. Pero justo cuando se dispuso a preguntárselo ella decidió hacer una llamada y no supo más de ella. Hasta que no salió del metro ,Andrés no se dio cuenta de que llovía y que se había dejado el paraguas en clase se guitarra. «Mierda» ya lo cogería mañana para cuando quisiera volver la habrían cerrado el centro así que de fue de camino a casa.

Historias conectada 1

Marta estaba en el salón de casa asomada a la ventana. Se había pasado toda la tarde lloviendo, aún recorrían gotas en el cristal. Ya había hecho de todo ,lo que se suponía tenia que hacer,esa tarde y en general en su vida. «y ahora qué?». Las  clases de violín una mierda, menos mal que Carlos se quedaba horas ensayando con ella. No quería dejarlas pero a veces sentía que retrocedía. Todo el esfuerzo era para nada. Pensó en sí sí merecían la pena,pero era lo que siempre había hecho. Se acordaba cuando empezó ,de su madre. Ahora que estaba independiente la echaba de menos. La pereza se quita empezando asi que se disponía a tocar pero alguien llamo al teléfono, su amiga  Carla. para preguntarla si se pasaba por su casa, que le daba Carla, sus padres no la exigían nada. Ella era libre como un pájaro, como ese dibujo que se tatuó hace cinco años.

miércoles, 8 de abril de 2020

Fantasma

Eras tú. Eras tú lejano. Como si no fueras tú cómo si tú voz hubiera cambiado, como si hablaras en otra lengua con las mismas palabras pero no te reconocía. No eras tú y a pesar de eso se sentía cerca como si siguieras teniendo tu cara tus ojos aunque no tu pelo. Como si esa lengua fuera parte de ti y de tu experiencia. Era yo. Que me echo de menos. Era yo escucho a pesar de no entender una mierda a pesar de no reconocerte. Como un fantasma que haces aparecer y desaparecer a tu antojo.