martes, 14 de abril de 2020

Historias conectada 1

Marta estaba en el salón de casa asomada a la ventana. Se había pasado toda la tarde lloviendo, aún recorrían gotas en el cristal. Ya había hecho de todo ,lo que se suponía tenia que hacer,esa tarde y en general en su vida. «y ahora qué?». Las  clases de violín una mierda, menos mal que Carlos se quedaba horas ensayando con ella. No quería dejarlas pero a veces sentía que retrocedía. Todo el esfuerzo era para nada. Pensó en sí sí merecían la pena,pero era lo que siempre había hecho. Se acordaba cuando empezó ,de su madre. Ahora que estaba independiente la echaba de menos. La pereza se quita empezando asi que se disponía a tocar pero alguien llamo al teléfono, su amiga  Carla. para preguntarla si se pasaba por su casa, que le daba Carla, sus padres no la exigían nada. Ella era libre como un pájaro, como ese dibujo que se tatuó hace cinco años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario