lunes, 16 de diciembre de 2019

Virginia

Virginia tenía 8 años cuando decidió que quería ser pintora de mayor, cuando su maestra le pregunto .  Virginia tenía 10 cuando se apuntó a dibujo de asignatura extraescolar en su pueblo. Tenía 12 cuando plástica era su asignatura favorita. Virginia tenía 15 cuando su mejor nota la saco en está asignatura. Virginia tenía 16 cuando se sintió perdida. Virginia con 18 no sabía que estudiar. Arte, literatura, biología... Virginia con 18 se equivocó. Virginia envidiaba a los que había repetido el curso y tenían más tiempo en pensar que hacer con su vida y que estudiar . Virginia se planteó repetir aposta pero no lo hizo. Se equivocó. Virginia a los 20 retomo la pintura, volvió a la crisis existencial de los 18, a los 21 estaba igual de pérdida como iba a estudiar bellas artes. A los 24 ilustró su primer libro. Virginia se planteó estudiar restauración o arquitectura lo que más le gustaba era el dibujo.No sabía si creativo o técnico, pero Virginia acabo estudiando matemáticas  ,se dedicó a ser profesora matemáticas en un pueblo de Oviedo. Virginia se planteó estudiar restauración o arquitectura lo que más le gustaba era el dibujo. porque adoraba pintar y el número pi. Virginia se preguntaba cómo podía desarrollar su parte creativa si siempre se había dedicado a enseñar la lógica, como si fueran incompatibles. A los 40 se seguía preguntando que hubiera pasado si no hubiera estudiado matemáticas. Virginia a los 40 veía a una niña que en sus clases pintaba. A ella le hubiera gustado que su profesora de matemáticas le hubiera dicho que se dedicará el dibujo, aunque se hubiera ofendido como si las matemáticas no se le dirán bien, pues siempre había sacado buenas notas menos con 15 que fue en plástica su mejor nota. La niña la había dibujado. A los sesenta era su hobbie le daba miedo dibujar, cagarla. Sobre todo en temas de restauración  Pensó que ella no era tan incoherente que al final los griegos y los romanos utilizaban la simetría como Leonardo da Vinci. Y antes un filósofo era también un científico. Y de casualidad descubrió una exposición de la niña que la pinto en clase de matemáticas ironías de la vida su alumna la reconoció y en el fondo la confensó que la envidiaba que ella echaba de menos las matemáticas. Ella pensó en su vida.