Eras la chica sin sentido. Escapabas de toda lógica. Tu comportamiento era imprevisible. Yo siempre había sido racional, pero mi inteligencia y coherencia no llegaba a predecir tu comportamiento. Me gustaba tu espontaneidad, a veces pensaba que eras incoherente ,absurda infantil ,con tu pijama de ranas, tus relatos de fantasía. Lerda, lerda, lerda, cuanto te hice llorar. Te enamoraste de mi, pero no te correspondi, aunque eras la chica más bonita de todo Madrid. No me necesitabas. El arte de tu venas. Nunca nos conocemos, no llegamos a quedar en esa cafetería, ni a besarnos ni a tener a nuetra hija Sara, ni a hablar sobre tus pecho o en cualquier idioma, o de nuestras historias continuas que me cautivan por lo imprevisible, como la noche. Me acojone, eras la chica sin sentido y yo ya no podía controlar mis sentidos. Estabas más cuerda que yo y eso me asustaba. Te quise, chica sin sentido. No te volví hablar, pues jure no hacerlo y sabes que cumplo mis promesas. Me dijiste adiós, porque piensas que odio a las mujeres. Tú también me quisiste y yo aposté por otra, pero el cariño que te tuve solo lo sé yo. En otra época, lugar..volverás a estar con alguien, aunque nadie será como yo y nadie será como tú, pues no he vuelto a encontrar a la chica sin sentido, solo a una chica racional y coherente como yo.
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