domingo, 6 de octubre de 2019

Olor a mar

Monsé miraba por la ventana se extrañaba lo lejos que estaba el mar. Aún no se acostumbraba a las mudanzas a los nuevos comienzos algo se atragantaba. Salía a su nuevo piso y  «¿en serio cómo podía vivir la gente sin mar?». Su compañero le miraba preocupando. Monsé se vio llena de arrugas como si hubieran crecido de repente se prometió que cuando fuera vieja se jubilaría y se iría a una playa desértica, del mar nada quedaba salvo la resaca, aunque ella cerraba los ojos y lo seguía viendo a lo lejos le volvía el olor a mar de su ciudad natal y al abrirlos vuelta a la realidad.

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